El Sur argentino no deja de sorprender a todos los que lo van. Son mágicas sus montañas, sus lagos y sus ríos.
Vi por aquel entonces, muerta la sangre originaria en el tan famoso Calafate. Las casas parecen estadounidenses, los comercios son manejados por gente que no es de ahí y la cueva de manos es custodiada por una persona de afuera, dueña del terreno aquel. Todo es de afuera aunque estemos dentro, aunque muy lindo y cuidadito, no encuentro nuestra sangre indígena ancestral, sólo en rostros de algunos laburantes que no son dueños ni poseedores de sus tierras...¿y qué hay de ellos? ¿Las huellas originarias dónde quedaron? Lamento decir que prestigiosamente sólo en los museos. El Sur se lo compraron hace rato y no fueron argentinos ni chilenos quienes lo hicieron...
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